Berlusconi gana la moción de confianza en el Congreso por sólo tres votos de diferencia

El Primer Ministro Italiano, Silvio Berlusconi, ha ganado las dos mociones de confianza a las que la oposición le ha sometido. El voto en el Senado era bastante previsible, ya que su partido tiene una amplia mayoría. El Gobierno ha ganado con 162 votos a favor, 135 en contra y 11 abstenciones. Dos horas después se ha enfrentado a la votación en la Cámara de Diputados, donde lo tenía bastante más complicado, y la ha superado con un estrecho margen de tres votos, con 314 en contra de la moción, 311 a favor y dos abstenciones.

Los tres votos decisivos han sido el de un diputado del Partido Democrático y los de dos Diputadas de Futuro y Libertad (FLI), que han traicionado al presidente de la Cámara de los Diputados y líder del movimiento de centro-derecha, Gianfranco Fini, que había presentado el día anterior a la moción una propuesta a Berlusconi, según la cual, su grupo se abstendría de votar en la Cámara Alta y a cambio él debería dimitir antes de la moción de censura ante los Diputados. Pero el Primer Ministro rechazó su propuesta y declaró que el presidente de la Cámara le producía “nauseas”, en lo que fue un claro ejemplo de la mala relación de ambos.

En la Cámara de los Diputados el líder de Italia de los Valores (IDV), Antonio di Pietro, hizo unas graves afirmaciones sobre Berlusconi: “usted se ha puesto a hacer política no para servir al país sino sólo para sus negocios personales, sobre todo cuestiones judiciales”. El magistrado prosiguió su discurso afirmando que los italianos que protestaban eran muchos y de diferentes sectores: estudiantes, docentes, policías, trabajadores sin contrato, ciudadanos del L´Aquila víctimas del terremoto de abril de 2009 e italianos con unas necesidades que, según sus palabras, el actual Gobierno no cubría.

Berlusconi y varios diputados del partido gubernamental Pueblo de la Libertad (PDL) abandonaron el hemiciclo en señal de protesta por los “insultos recibidos” pero regresaron cuando di Pietro finalizó su discurso. Las palabras del líder al volver a ocupar su puesto fueron: “pienso tener los números”, manifestando así su convencimiento de que ganaría la votación.

Mientras tenían lugar las votaciones, en el centro de Roma se congregaba una multitud de italianos para protestar contra el Gobierno: los obreros del mayor sindicato metalúrgico la Fiom-CGIL, el Pueblo Viola (movimiento heterogéneo de oposición cívica), Rifondaciones Comunistas (la izquierda que no está representada en el Parlamento), los ciudadanos de L´Aquila que exigen una reconstrucción de su casco histórico, los napolitanos que quieren solucionar su problema con la recogida de basuras, los inmigrantes, los desempleados, los ocupas de los centros sociales y, sobre todo, los estudiantes que se han movilizado contra el Proyecto de Ley que recorta las financiaciones a la Universidad Pública y las becas. Juntos se dirigieron al palazzo Graziolo (residencia del Primer Ministro), el palazzo Madama (Sede del Senado), y el palazzo Montecitorio (Sede del Congreso), lanzando bombas de papel.

La policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar al gentío que alborotaba los alrededores del Senado y el Congreso que, al escuchar por megafonía las palabras que anunciaban la victoria de Berlusconi, comenzaron a volcar contenedores, lanzar objetos y pintura roja contra los edificios, e incluso, romper cristales de entidades bancarias. Aunque no se produjo ningún altercado grave.





FUENTES: EL PAÍS, EL MUNDO, ABC, AGENCIA EFE, AGENCIA ANSA (LATINA)

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